Al Inicio de curso, son muchas las familias que me consultan sobre la cantidad y tipo de
actividades extraescolares recomendables para sus hijos. Se trata, en definitiva, de una
preocupación sobre la gestión del tiempo en la que muchas veces influye la propia
organización de los padres. Es muy común observar horarios interminables en los niños y una
infinidad de actividades.
Sin embargo, es bueno parar y pensar si realmente esas actividades
son: 1. Necesarias y 2. Oportunas.
A veces, ocurre que una actividad es necesaria, por ejemplo, hacer deporte un par de días a la
semana. Sin embargo, ¿esta actividad es oportuna?, es decir; ¿se realiza en el momento
adecuado para el niño?
Especialmente cuando existen dificultades de aprendizaje, es importante priorizar el tiempo de
estudio y descanso sin incluir más añadidos entre semana.
Una vez que las necesidades de
estudio y descanso están satisfechas, podemos incluir actividades extraescolares, a ser posible
los fines de semana para ayudar a los niños a diferenciar entre el tiempo destinado a
actividades escolares (aquellas que se asemejan a las obligaciones) y a actividades de ocio, que
se relacionarían con el tiempo libre. A este tiempo, siempre debemos añadirle el tiempo
necesario para descansar y para desconectar.
Además, debemos tener en cuenta que la importancia de las actividades extraescolares reside
en la estimulación. Y, en este sentido, los padres perfectamente pueden potenciar el
aprendizaje de sus hijos a través de actividades de motiven el proceso de enseñanza aprendizaje,
sin necesidad de que el niño acuda a actividades fuera de casa durante la semana.
En casa, debemos tener en cuenta que el tiempo no solo hay que llenarlo de actividades,
también debemos educar en el “no hacer”, aprender a gestionar el tiempo sin que nos
acompañe un horario pre-establecido. Esto ayuda a los niños a tomar decisiones sobre qué
quieren o qué necesitan y es un proceso que también requiere su importancia.
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Sandra
Torres Torreblanca Psicóloga y Psicoterapeuta
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