Viajar en coche con los niños Maribel
Orgaz, abril 2006 
Los viajes en
coche con los niños se han convertido en la
forma más frecuente de desplazamiento. Es
importante tener en cuenta algunos aspectos
para que sean lo más agradables posible.
Distancia.
Ten en cuenta la distancia
que vais a recorrer. No es lo mismo un viaje
de cien kilómetros que de varios centenares.
Para los recorridos cortos, inferiores a
hora y media (o como máximo dos horas),
quizá lo mejor sería hacer que coincidieran
con la siesta de los niños si estos son muy
pequeños (hasta los tres años
aproximadamente), así harán el viaje
dormidos. Si esto no es posible, prepara
una caja con algunos juguetes y algo para
picar (alguna galleta, una fruta o unas
palomitas). Además es necesario llevar
pañuelos, agua y quizá toallitas húmedas.
Ropa. Es importante que el niño
vaya cómodamente vestido, no puede viajar
con un grueso jersey de cuello vuelto si tú
vas en mangas de camisa. La temperatura del
coche es la misma para todos. En invierno
procura disponer de una pequeña manta de
viaje o una sabanita de franela que quizá
sea útil. Lleva también a mano una muda
y una bolsa de plástico por si el niño
vomitase. Bajar una maleta y abrirla en el
arcén para poder cambiarle si vomita puede
resultar muy incómodo.
Entretenidos.
Si los niños son más mayorcitos y no es
previsible que duerman (en torno a los
tres-cuatro años hasta los seis-ocho) puedes
llevar música infantil que le guste,
conversar con él llamándole la atención
sobre el paisaje que vais recorriendo,
contar cuentos, cantar alguna canción o
plantear algún sencillo juego como el “Veo
Veo”. Si parte del viaje se desarrollará
al caer la noche una pequeña linterna de
bolsillo resultará un juguete muy
entretenido. Viajes superiores a
las dos horas
Parar.
Un viaje
superior a dos horas implica hacer paradas.
Si pretendes hacer un viaje lo más deprisa
posible y recorriendo la máxima distancia
posible sin detener el automóvil, los niños
protestarán y con razón. Un viaje en familia
no es un viaje de adultos, sé compresivo con
las necesidades de los más pequeños.
Efectúa paradas cada dos horas, permite que
los niños estiren las piernas, curioseen la
zona y que vayan al servicio o tomen un
pequeño tentempié.
Horarios. Ten en
cuenta que, en la medida de lo posible, los
horarios de los niños deben respetarse. Es
imposible pedir a un niño que habitualmente
come a las 13h. durante todo el año, que ese
día lo haga a las cuatro de la tarde porque
está de viaje. Estará irritable, nervioso y
hambriento.
Estirar las piernas. En
general, la mejor opción si hay que
detenerse a comer o cenar es detenerse en
una zona apropiada mucho mejor si es campo
abierto y está arbolada, comer lo que
hayamos preparado en casa y permitir que los
niños tengan un rato de juego y expansión.
Si esto no es posible y has de detenerte
en un restaurante, solicita que su plato sea
el primero que preparen o que sirvan algo de
pan para que puedan tomar un poco y así
esperar tranquilamente a que llegue la
comida.
Viajes nocturnos en
coche Si has de realizar un viaje
nocturno de varias horas la mejor ropa para
los niños es ir en pijama o prendas que no
le aprieten en la cintura y resulten
estrechas. Procura que hayan ido al servicio
justo antes de subir al coche. Si se
viaja con un bebé, viajar dormido en la
noche sentado en la silla del coche puede
resultarle muy incómodo y es probable que se
despierte varias veces y proteste porque
extraña la postura. Lo habitual es que en
un viaje nocturno los niños vayan dormidos,
por lo que ten en cuenta que cuando lleguéis
ellos estarán descansados y tu habrás pasado
buena parte de la noche conduciendo con el
consiguiente cansancio.
Bibliografía De viaje con niños.-
Claire Tristram y Lucille Tristram
Editorial Océano, Barcelona. 2001
Simplifica tu vida con los niños.- Eleaine
St. James. Editorial Paidós, Barcelona.
1998
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